Esta fotografía la tomé hace unos días en el Centro Medina Elvira de Atarfe, durante los talleres de fin de curso del Conservatorio superior de danza de Granada.
La pongo como ejemplo de lo que quiero hoy comentar: La necesidad de captar el momento exacto. Alguno habrá que piense que lo ideal son las ráfagas. Pones la máquina en la mayor velocidad, apuntas, disparas un montón y luego eliges la foto exacta. Pues bien, esa técnica no vale en la mayoría de casos. Máquinas como las mías llegan a los 8 fotogramas por segundo y el momento buscado puede durar menos de una décima. Reconozco que el ejemplo que uso puede no necesita tanta precisión, pero la mayoría de casos sí. Hay otro motivo para evitar las ráfagas. Es inadmisible ese ruido en un teatro.
Tienes que estar atento a la obra. Si la conoces mejor. Porque la foto la tienes que intuir. No puedes esperar a verla. Tienes que disparar un poquito antes de la imagen que quieres obtener. La experiencia ayuda mucho a intuir esos momentos.
En danza tienes una buena ayuda, la música. La música te orienta mucho en lo que va a pasar.
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